En el 89 llegaba al mundo haciendo lo que mejor se me da hacer: joder al personal. Dos meses antes de lo previsto, empecé a llamar a la puerta porque estaba harto de estar ahí dentro, sin discos y sin un buen equipo. Y ese fue el comienzo: ví la luz cegadora y comencé a llorar y a gritar. Con los años, sigo gritando, pero esta vez con una banda detrás que hace que mis chillidos sean algo más soportables que los de entonces.

Siempre he sentido una pasión por la música indescriptible mediante palabras. Desde muy pequeño me interesé por ella, pero como la mayoría, fue a las puertas de la adolescencia cuando me convertí en un melómano en toda regla. Compraba prensa musical cada mes, me empapaba de nuevas bandas, y me encantaba leer las críticas de discos. Pero mi gran problema era que no podía acceder a mucha de esa música al no tener internet, y mi paga no daba para tantos discos. Creo que soy parte de una de las últimas generaciones que vivieron esa etapa de la música en la que comprar un disco, abrirlo, ojear el libreto, llegar a casa y escucharlo hasta la saciedad era practicamente un ritual.

Años más tarde me regalaron una guitarra eléctrica, y no tardé en montar mis primeras bandas entre colegas, que acabaron dando forma a la primera banda con la que tocaría practicamente por toda Cataluña y algunos puntos de la península. Mientras tanto, comencé a picar de aquí y de allá: organicé mis primeros conciertos, comencé a ayudar a bandas de colegas a buscar bolos, tenía una sección en un programa de una radio local... Con los años y la experiencia acumulada a pesar de mi juventud, monté un sello DIY ("Do It Yourself") llamado Voice of the Voiceless Records, con el cual seguí con mi propósito de ayudar a bandas de amigos, esta vez co-editando sus trabajos junto a otros sellos y las propias bandas. A día de hoy, el sello sigue vivo, pero no es mi principal ocupación. Con los años, apareció Voice of the Voiceless Music, promotora de conciertos que con el tiempo también se ha convertido en agencia de booking y management.

Desde 2010 soy vocalista en la banda de hardcore barcelonesa Until Better Days Come, con la que hemos compartido escenario con bandas como Parkway Drive o Title Fight.

Siempre por amor al arte, de un modo u otro me he querido involucrar en el mundo de la música, y con el tiempo he ido haciendo más cosas, una de ellas es comenzar a colaborar en medios musicales escritos. Entré en Zona Zero en 2009, pero fue en 2010 cuando entré en la sección Punk/Core. A parte de Zona Zero, he colaborado con el webzine Feel the Noise y con el blog musical Binaural.

Mi género predilecto es el hardcore en todas sus vertientes, aunque no le hago ascos a practicamente nada dentro del rock en general. Mis bandas favoritas suelen rotar porque me encanta descubrir nuevos grupos, pero siempre habrán algunos que permanezcan ahí pase lo que pase: Thrice, Sick of it All, Comeback Kid, Killing the Dream, Nuevenoventaicinco...

¿Que qué quiero ser de mayor? Lo tengo claro: un viejo tatuado y satisfecho con lo que hizo. Mientras persiga esa meta, seguiré involucrado de uno u otro modo con el mundo de la música.